CHILE: CAPITAL DE LA ASTRONOMIA MUNDIAL
Estimado Amante de las estrellas,
Hace 30 años, cuando aún el ciudadano chileno común no avizoraba el potencial astronómico de Chile, nosotros ya mirábamos las estrellas, y sabíamos que nuestro territorio se convertiría en la Capital de la Astronomía Mundial.
Durante estas tres décadas hemos predicado en el desierto, literalmente, en el más seco del mundo y, por lo mismo, el más estrellado.
Primero, durante los años ´80, mostrábamos la bóveda celeste sin más ayuda que uno pequeños telescopios amateur y, aun así, encantábamos con la grandiosa simpleza de la bóveda celeste del hemisferio sur. Aún no existía el hoy, famoso Mamalluca, y los otros que lo siguieron y seguirán.
Llegaron los ´90, y con ellos, la revolución comunicacional de la astronomía. Desde nuestro bastión de prensa, la Revista Siglo XXI del el Diario Mercurio, hechizamos al público con algunos de los eventos astronómicos más importantes del pasado siglo veinte: ¡quién podría olvidar el choque del cometa Shoemaker-Levi con Júpiter o el último eclipse total de sol en Chile!
El cambio de siglo nos trajo un nuevo emprendimiento, la primera revista de astronomía para público general de Latinoámerica: “Astronomía 2000”. Un esfuerzo titánico. Un gran éxito periodístico. Un gran fracaso económico. “La astronomía no vende”, nos dijeron. Tuvimos que cerrar.
“Y, sin embargo, se mueve”. Miles de peregrinos comenzaron a llegar a la Meca de la Astronomía Mundial. Por supuesto, primero fueron los gringos. Habían escuchado que al final del mundo se podían ver las estrellas, que ha ellos no los dejaban sus avanzadas urbes: la contaminación lumínica.
Así, pude ver caer lágrimas por el rostro de una anciana de 90 años, que había viajado desde el otro lado del mundo, y pagado miles de dólares, para cumplir su último deseo antes de morir: ver con sus propios ojos las Nubes de Magallanes.
Antes de ella, y después, llegaron más científicos, arquitectos, ingenieros, astro turistas y niños, muchos niños, pues ellos saben que el futuro, su futuro, está en las estrellas. Entre todos ellos, y con la ayuda de los chilenos, han construido en nuestro territorio el 45% de los telescopios del planeta.
Y siguen. Para el 2020 habremos levantado el 75% de todos los telescopios sobre la superficie de la Tierra. Y los más grandes: el ELT (39 mts.), el GMT (25 mts.) y, con su premonitorio nombre, el radio telescopio ALMA.
El espíritu de Chile está en las estrellas. Venga con nosotros, tome palco en Atacama y, durante los próximos 30 años, observe como la humanidad desentraña los secretos del Universo, y de paso, averigua su verdadero lugar en esta sinfonía cósmica.
Cielos despejados, siempre,
Hernán Julio Illanes,
Director Astronomy Adventures